miércoles, 13 de junio de 2012

Zoo...

Día 15.

De vez en cuando voy al zoo, de hecho estuve allí hace unos días de nuevo.

Quitando el hecho de que está un poco lejos de casa no es difícil llegar, no hay problemas de aparcamiento por mucha gente que vaya, y puedes ver animalitos e intentar aprender algo de ellos: de donde son, como se llaman  (ya va quedando mal después de haber ido varias veces llamar ciervo a  todo bicho con cuernos que no sea ni vaca ni cabra ni rinoceronte...), lo grande o pequeños que son en realidad ( porque en la tele parecen todos iguales...y no lo son), vamos un poquito de culturilla general animal.

Algunos son preciosos de verdad, otros no tanto y algunos un poquito asquerositos... hay de todo como en botica.

Y lo de los fosos y cristales de seguridad está muy bien pensado, ya no tanto por la seguridad y todo ese rollo, sino porque al estar tan lejos no se le distinguen bien los ojos...con lo cual no les ves la tristeza, ni la pena que tiene que ser para esos preciosos animales salvajes estar encerrados en un sitio tan pequeño  a miles de kilómetros de su hogar, y donde no son más que un mero espectáculo al que tirarles alguna chuchería o trocito de pan (aunque a los osos no parece importarles mucho lo de las chucherías, se les ve encantado alzándose sobre las patas traseras para coger aquello cualquier golosina que puedan echarles)
Recuerdo que fui hace muchos años con mis padres al zoo de Madrid, al mismo donde vamos ahora con cierta asiduidad, y recuerdo haber visto a un orangután en una de esos habitáculos con cristalera que permite verlos desde fuera. había una mirada tan triste en los ojos de ese bello animal... tan inteligente... ahora  no lo he vuelto  a ver tan cerca, aunque supongo que seguirá teniendo esa mirada, si aun anda por allí, claro. Ese es mi único recuerdo triste del zoo, en realidad.

También recuerdo que me lo pase genial el resto del día, porque a los niños y a los no tan niños les encanta lo de ver bichos exóticos y los no tan exóticos y decir todo el rato : mira ese... y mira mira ese de allí …que bonito!!! Que grande!!

De todas formas me sigue gustando ir al zoo, el espectáculo de los delfines es impresionante. Los de las aves también están bien, el de las focas ...no tanto.

Y en realidad a los animales se les ve bastante bien cuidados (tiene comida, agua, sombra o frío según necesidad) y esta también el hecho de que algunos están cerca de la extinción y están más a salvo allí que en su hábitat natural. De modo que el que no se consuela es porque no quiere...

Yo seguiré yendo de vez en cuando de todas maneras.

Si te apetece aprender un poco mas de algunos animales , tomar el sol, andar mucho y pasar un día recordando tu infancia…ya sabes ... busca por ahí un par de niños y llévalos al  zoo ... veras que bien se lo pasan ellos y tu también.

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